Difícil pregunta a la que nos enfrentamos habitualmente… si pensamos en lo que nos decían cuando éramos pequeños/as: “Si no eres buena, no te quiero”, podemos intuir que para ser amados/as debemos adaptarnos a lo que espera la otra persona de nosotr@s, ya que si actuamos de otra forma que no se espera, pueden dejar de querernos, o podemos hacerles daño, y esto dará lugar a un conflicto “innecesario”…eso es lo que pensamos cuando tenemos la opción de actuar libremente.
Pero ¿realmente es así? Pensamos que en las relaciones no debe haber conflictos porque son síntoma de que algo no va bien, cuando la realidad es que los conflictos ocurren y son lo más normal del mundo, lo difícil es enfrentarse a ellos, porque cuesta disponer de herramientas suficientes para resolverlos de forma saludable. Ahora bien, si recibimos un conflicto, una discusión o cualquier discrepancia, desde otra perspectiva, las cosas cambian.
Tendemos a pensar que las relaciones de pareja, y en general todas, son una constante lucha en la que, cuando un@ gana, el otr@ pierde, en cambio, si aceptamos que existe la verdadera posibilidad de que, en situaciones de conflicto, l@s dos puedan salir ganando, se afrontarán de otra forma, mucho más positiva, dejaremos de estar a la defensiva constantemente, esperando a que la otra persona nos “ataque”.
Es habitual que en las relaciones haya conflictos, y éstos no tienen porqué ser negativos, siempre y cuando se afronten con serenidad, cualquiera de ellos puede ser una oportunidad de cambio, que nos ayude a plantearnos las cosas desde otro punto de vista, hasta el momento, desapercibido. Y una vez que se tome conciencia de ello, tomamos las decisiones oportunas, y si no son las que habíamos pensado en un primer momento, no quiere decir que hayamos perdido, si no que hemos ganado, porque así lo hemos decidido.
Irene Bodas Arjona
Sexóloga, terapeuta de pareja y coach
irene@institutodelasemociones.com